No beneficia a quienes opten por hacerlo, porque al hacerlo disminuirá el número de meses cotizados y con ello disminuirá el monto de pensión que les corresponde o, peor, si sus meses cotizados disminuyen a menos de 120 truncarán su posibilidad de jubilarse.
No beneficia a quienes tienen menos de 100.000 Bs. ahorrados, porque precisamente esas personas necesitan aumentar su número de meses aportados, no bajarlos, para subir el monto de pensión que les toque.
Si la Ley estipulará que el retiro de capital no disminuye los meses aportados igual no se beneficiaría nadie, porque eso atentaría la mejora futura de las pensiones solidarias y, peor, la sostenibilidad financiera del Fondo Solidario.
No beneficia a los más de 300.000 aportantes mayores de 60 años, que teniendo la edad no pueden jubilarse por falta de meses aportados.
No beneficia a los asegurados entre 50 y 58 años de edad que, teniendo el número necesario de meses cotizados, no pueden jubilarse aún porque no cumplen la edad necesaria; peor, amenaza su futuro porque la devolución de aportes disminuye su pensión.
Por último, es una medida errada porque, en un contexto donde existe animadversión no solo a las AFP sino al propio sistema de pensiones, abre la puerta para destruir lo poco de Seguridad Social de Largo Plazo existente en el país.